
Ha estado lloviendo todo el día. Y cuando tenemos un día así, mi perro que no entiende de fenómenos climatológicos al igual que no entiende de muchas otras cosas, - natural porque es un perro me dice mi mujer-, se le tuerce el entrecejo; tanto mi mujer como Xoco, en esto coinciden. Y en estos días me dedico a evitarlos.
-Amo hoy no tenemos paseo, ¿no?..., me dice, aun ya conociendo la respuesta. Como es un perro listo, sabe que en esta vida todo puede cambiar en un momento, que nada es inamovible y que todo es provisional o demasiado relativo, que dijo el Papa de Roma; que puedo coger el paraguas para mi y la correa para él y salir a dar una vuelta al sitio que más le gusta, el parque de los perros, -donde ellos van a ver si pillan y ellas a ver que sueltan-.
-¿Amo te puedo decir algo en confianza?
-Claro Xoco, me puedes decir lo que quieras.
-Ibas ridículo en los últimos carnavales disfrazado de médico de la muerte.
-¡Anda que tu!…, que ibas de Batman; con tu capita, tus orejitas, tu escudo en amarillo sobre el pecho…
-¿Y que me puede importar el ridículo a estas alturas amo? He visto cosas que vosotros no creeríais: atacar naves en llamas más allá de Orión...He visto rayos C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser...Todos esos momentos se perderán... en el tiempo, como lágrimas...en la lluvia...Es hora, de morir"
-Siempre lo he dicho: eres un peliculero.
-Amo tu antes también eras muy de películas ¿no? ¿Por qué dejaste de serlo?
-Por la Gala de los Goya que crea animadversión y hostilidad
-¡Joder es verdad! Que manera de mirarse el ombligo los artistas, de estar encantados de haberse conocido todos, de creerse lo más guay y progre del país, de utilizar la Gala para vender y reivindicar sus historias o poner a caldo a los del otro lado que no les bailan el agua.
-Entonces ¿tu tampoco eres muy partidario del artisteo peliculero?
-Sólo de los buenos, no de los impostores. Me acuerdo de Fernando Fernán Gómez, cuando en su novela “El viaje a ninguna parte” que luego llevaron a cine se quejaba: “¡El jodido peliculero!”, porque el del cine le robaba el publico a su función.
-No sé que has querido decir pero Fernán Gómez me gustaba tanto de actor como de escritor.
-Será por la mala leche que se gastaba ¿no?
-Pues a lo mejor